lunes, 25 de septiembre de 2017

Una lista


Una lista donde la vida salta 
a punto de fuego lento. La vida...
en este otoño apuntado,frenético 
y caluroso. Una lista donde 
el cariño está sin comprarlo...l

a vida.

La luz

La luz deja su huella sobre las pequeñas historias, 
las ocultas y mínimas verdades de ese cotidiano firme, 
como la sombra del árbol anónimo que quiebra la calle.
La luz se viste de tarde por las esquinas, se disuelve 
en el último color que transita,lento,por las aceras. La luz.


Dias de luz y mar.




1

13 de septiembre,
pura soledad
en la playa.


Junto al faro de
Chipiona (Cádiz)



2

Este 13 de septiembre
no quiere irse..

Alejandra Pizarnik es testigo

de este desenlace...

3

Una línea
de boyas
amarillas
quiebra el infinito...

¿Un límite
en este azul de olas?

Lo aparente no es lo real...



4
Acabo de ver a un chaval empujando un carrito de helados. 
Una vida pegada a un pedazo de hielo 
con colores. Una historia anónima 
junto a un montón de pequeñas historias. 
Un rostro curtido 
con la huella de otros rostros y sonrisas.


5

Mar violento de septiembre, mar.



6

Huellas,
hue
llas,

hu
e
llas

Siempre ahí.


7

Pizarnik,
Radler,
playa...
Se puede pedir más...

Yo no.


8

Después del cumpleaños viene el ruido impreso de coches made in China...
Un sonsonete picante sabor a feria y máquina tragaperras...
perdonable porque se trata de Rodrigo.

9

Despedir a los "cacharritos" es como anunciar el final de las vacaciones... 
Así es la vida 
un continuo llegar 
para luego decir adiós.


10
Este faro apunta
al infinito azul. Quiebra

 los arrecifes con su sombra;

los abraza,
como la brisa de poniente.


11

Esta luz miope
que trae el sabor del mar, está luz torpe
de salitre llena...



12

Mar,
espejo cóncavo del infinito...

Mar.

13

Te recoges
en tu habitáculo de nácar.

Silencio.



14
Te dejo, entre las ruinas
de un castillo de arena,
con el eco bronco
de las olas. Te dejo
mar,
atado al lecho
de azules infinitos.










sábado, 2 de septiembre de 2017

Te vi pasar


Te vi pasar
con esa premura de tormenta
que no admite pausas.
Hacía calor. La música
amortiguaba los silencios.
Te vi pasar dejándome el regalo
de tu sombra
y el perfume incierto
de un mirar perdido 
en la frontera de la calle.

Te vi,
detrás del verso,
como un ángel guardián.
No había palabras,
solo el tímido eco del dolor. 
Te vi pasar 
frente al espasmo absoluto 
de la noche 
y dejé
que arrojaras mis deseos 
en el infierno de siempre. 

Qué decir si el destino 
ya marcó 
nuestro punto de llegada.

MIS VISITAS AL MUNDO

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Tiene Lisboa sonidos de agosto