miércoles, 27 de agosto de 2008

INVASIÓN

Cuando la lluvia invadió
los Campos Elíseos, el lenguaje
de los paraguas se extendió
por las aceras, reflejando
la prisa
en
el
espejo gris
de los escaparates.

Era mediodía, los signos del hambre
se agolpaban bajo los toldos rojos
de las brasseries. Un misterioso pudor
se mezcló con la lengua multicolor
de mil paraguas. Al fondo, la gran puerta
del Arco recogiendo miradas sin nombres.
La lluvia
se
columpiaba
en
las
banderas.

Trozos de sentimiento rodaban
por la Avenida, inmensa,
ruidosa.
Nos miramos sin deshacer
la dulce Eternidad
del momento, oculta
en la trastienda del diario. Qué hacer
para apretar la magia
del instante.
Son
re
ir

La lluvia seguía partiendo
en dos mitades
el fuerte olor a pizza
y a crepes quemadas. En las mesas
se amontonaban
platos
y
planos
de
París. Ettoile bulle con fuerza,
como un arca a la deriva.

lunes, 25 de agosto de 2008

UNA MAÑANA EN PARIS

Paris se despierta con el frío traicionero
de agosto. Pegada al resplandor
de las fuentes la mirada cómplice
de Icaro sobrevuela la ciudad.

El aire rueda con solemnidad infinita
fundiéndose en las risas ingenuas
del boulevar. Un sueño
de ideales se entretiene
entre las voces de unos niños
que juegan con la brisa
a ser pájaro.

Azul y nubes, todo es horizonte
entre los tejados grises
del quartier. Paris se levanta
picoteando, como un gorrión,
trozos de cielo por las esquinas.

martes, 5 de agosto de 2008

NOCTURNOS DE AGOSTO

Encendida la casa con olores de domingo
la gravedad de la piel retomó su sitio
en el abandono nocturno
del pasillo

El grito de un gamberro trajo
la protesta de rotas almohadas
y el trazo del sudor marcó la frontera
de su espalda en mis manos.

Unos noctámbulos tropezaron
con los cubos de basura
mientras la noche afilaba
la punta de sus dientes
en la borrachera transeúnte.

El fuego de sus pechos
tradujo las palabras de la noche
señalando el norte
del domingo.

Agosto tomaba posesión
de la ciudad en la negra calma
del silencio. Y el grito
se hizo historia en el asfalto.

En la tregua del calor y de los gritos,
el verano se rindió a la forma del barro
y de la carne. El alba fue testigo
del verso encendido de sus labios.

Ahora descansamos
en la playa del silencio
después de navegar
en las olas de los cuerpos.

domingo, 3 de agosto de 2008

VISPERAS DE AGOSTO

El grito de un gamberro despertó
la madrugada y el eco de la voz
trajo la protesta de rotas almohadas.

Mientras la noche afilaba
la punta de sus dientes
en la borrachera transeúnte,
unos noctámbulos tropezaron
con los cubos de basura y el trazo
del sudor marcó la frontera
de tu espalda en mis manos.

El alba fue testigo de cómo la brisa
encendía el verso de tus labios.

Agosto tomaba posesión
de la ciudad en la negra calma
del silencio. El grito era historia
en el asfalto y el fuego de sus pechos
traduciendo las palabras señalando el norte
del domingo.

En la tregua del calor y de los gritos,
el verano se rindió a la forma del barro
y de la carne. Ahora descansamos
en la playa del silencio
después de navegar
en las olas de los cuerpos.

Encendida la casa con olores de domingo
la gravedad de la piel retomó su sitio
en el abandono nocturno
del pasillo. La pereza del silencio
resistía al asedio del café
y al hambre de las tostadas.

viernes, 1 de agosto de 2008

HABITÁCULO CON VISTAS

Llegó el cartero en el destiempo
de las horas tempranas. El zumo
de naranja brillaba intacto
junto a las tostadas de pan. Los ruidos
se espantaron con el timbre de la puerta.
La firma sobre un plasma
absorbía los colores. El carné y la identidad
mantuvieron retenidos los efímeros bordes
de la gloria.

Nada que hacer ante este empuje cotidiano
que guarda la ilusión en el correo que llegó
pajareando a su puerto.

Un rito de piel y agua, desbordó la habitación
mientras los olores y los ruidos se escondían
en la frontera desnuda de las sábanas. Flotaba
en el aire las risas de otro tiempo, musitadas
al compás
del placer que curó las heridas.

El corazón
seguía el ritmo de la sangre
y la sangre fluía en el tránsito vital
de un silencio.

El agua y la piel
se hicieron aire. Nadie detuvo
el maremoto que inundaba la geografía
de los labios repletos de sombras
y palabras por decir.

Todavía no he cerrado las ventanas,
los ruidos se pasean por la casa
quebrando los rincones.Hoy sopla
un viento favorable. No hay puntos
cardinales que soporte este vértice
del centro donde la emoción se vuelve

habitáculo con vistas
al mar de los sueños.

MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto