viernes, 30 de mayo de 2008

LA VOZ

Siento tu voz, tu frágil voz en la puerta
de este día en calma. La primera vez
te sentí en los ojos de mi padre,
en aquella severa y dulce mirada.
Tu voz abrió el sello del misterio
desvelando primaveras.


El azul cobrizo del alba arrulla,
con balbuceo de cielos infinitos,
en el portal de mi casa. Tu voz,
presencia que empapa las entrañas
del ser. Cuánto color en las rendijas
de estas paredes cansadas.

Siento tu voz en el hueco redondo
del recuerdo, eco de fantasía,
desnuda ebullición de mi cuerpo.
La palabra apostada en la seda
de tu piel, vibra en mí, corcel indómito
que se rebela en lo íntimo al revelar
la claridad del encuentro.

Tu voz, fértil rocío de la palabra
que dibuja amores en esta nave
del tiempo, reclama la caricia
de mis manos traduciendo delicada,
la dureza de los gestos.

jueves, 29 de mayo de 2008

HABITÁCULOS


Me di cuenta que la noche
volvía borracha de silencios
y apreté el latido de la sangre.
Imposible sofocar tanta impiedad
llamando en la línea del deseo.

Una voz, apenas un susurro,
naufragó en la razón y la maldijo.
No hay nada que contarle al tiempo
apagado lentamente en las manos.

El silencio se bebió la fe
mientras la noche robaba la palabra.

¿ Cómo vengar la levedad del agua
si el alma se cobija entre las olas
de este amor que calla soledades?

Se desprendió la niebla de estos trazos
que visten a los versos de cristal
para abrir la puerta de la aurora,
abrazar el colirio de la luz
que perdona el llanto de la piel.

Habito en este bosque de su cuerpo
como un dios errante y desnudo
que no quiere romper la huella
del abrazo, pacífico perfume
que arranca las sílabas diarias
del hastío. Existo y me conmuevo
con el júbilo de renacer sin ignorar
que el dolor vomita las verdades
y escruta sin temores, la cara más oculta
de mi alma.

¿Cómo reconciliar tu gesto si la bestia
del rencor evita la mirada?
¿Cómo plegar los bordes de la tierra
sin romper la esperanza de tenerte?

Pido al llanto la paciencia
de una morfología invadida
que doblegue la fatiga
para seguir pronunciando
tu sagrado nombre.

¡ Silencio!

Dios se asoma al Paraíso,
el hombre acaba de crearlo.

miércoles, 28 de mayo de 2008

VIENES CON LA LUZ


A Gema, mi mujer, siempre atenta hasta en las ausencias

Vienes con la luz
y te vas a escondidas de la luna.
Tú y tus prisas,
tu voz, tu semblante de aire
se esfuma en el abrazo,
en el beso colgado a los últimos minutos
de la tarde de un domingo.

Sonríes de placer
al nombrar tu cuerpo de agua.
Eres tormenta, mar embravecido,
sabor de roble con cabeza de vientos,
manos de flores que trepan por mis horas,
con la caricia del sol.

Vienes y te vas con el vaivén de las nubes,
afán de primavera, suavidad del vuelo
que pasea entre almas con ganas de vencer.

Vienes y te vas
transformando en brisa
la tormenta de mi vida.

martes, 27 de mayo de 2008

BUSCADOR DE ROSAS


A todos los que buscan rosas por las esquinas.

Llegaste en la noche bajo un manto azul,
la tristeza cubría tu rostro, pero tu alma,
incapaz de sucumbir ante el destino,
dejó escapar la sonrisa del corazón,
impulso que abrió la puerta
del océano mar en la frontera
de un lecho lleno de horas
que rompieron las aristas
de la primavera.

Después, vino la voz, la palabra
dispuesta a despejar la tiniebla
del espacio, y ocurrió, que lo terrible
se volvió dulce, flor a punto de nacer
entre las manos que generosas despertaban
la tierra de esta piel, ahora, fundida
en el corcel indomable de la carne.

Cómo volver atrás, si la mirada reclama el horizonte
de tiernos encuentros que labren el jardín
de este deseo inagotable que busca ansioso
el abrazo de la noche, la complicidad de las estrellas,
testigos de las ninfas que unos dioses distraídos
dejaron a la deriva de los vientos.

Ahora, todo es río que fluye en la aventura
donde Dionisos bebe la copa
del amor ante la mirada esquiva
de Apolo; el banquete está servido,
los comensales por llegar, vienen
con lámparas encendidas dispuestos
al vértigo de la pasión.

Se desliza el poema por el filo de tu espalda,
los versos resbalan en medio de nubes
que en silencio pasan montadas
a la grupa de un aire tormentoso.

Apareces, siempre apareces,
musa blanca que me salvas
de morir
en el último instante.

Sé que estás ahí, siempre ahí,
vigilante con un silencio creador
de noches y días donde el cuerpo
se alza y los sentidos recobran
alas perdidas.

lunes, 26 de mayo de 2008

LA PRIMAVERA UN BESO DE VENUS


El pulso de la lluvia tiñe
las huellas de un invierno
con raices, azules sombras
derriban la piel del hosco marzo.

El viento, como un muro
harto de doler
y
de dolerse,
acaricia el tierno abril.

Encendido el cuerpo y la sangre,
rebeldes los dos,
revientan en mil sílabas,
versos abiertos
a la locura de mayo.


Arde la luz hasta cegar
el muro de la carne
en la brevedad del tiempo
que sella, eterno,
el silencio del espacio.

Memoria de los días,
de savia y muerte incesantes,
abraza este bullir ancho de Apolo,
poblando el sueño de caricias.

Sin herida temprana del verano,
las alas de la luz asoman
el ímpetu de Aries,
en el fondo pendular de la belleza,
y un sonido incontinente
de mil trinos
besa solemne el paisaje
dormido del alba.

TEXTURAS

A Cesar, pintor y amigo.
A sus musas y sus marañas dedálicas.


Los ojos contemplan el espanto
que domina la textura
donde una sombra acomoda
los impulsos del vacío.

El juicio de la luz
tiembla en las manos.

Se humilla el lienzo
ante el trueno creador
mientras la línea sorprende el espacio
hasta la herida.
Lacerado el perfil de la musa,
que el dibujo disuelve
en la mentira de la imagen.

Hunde su rostro el pincel
en el río febril de los colores,
habitado genio
que mata la frontera del creador,
deshaciendo, implacable,
la verdad de los pigmentos .

La luz es el modelo
que rumia vergonzoso
un escorzo inacabado.

Duerme en el vientre del artista
el suicidio de la forma.

Se apaga el caos en el regazo del boceto,
desaparece en el eco doliente del trazo
y sorprende a la belleza.

Bajo la húmeda atención del pintor
los muslos de un ángel
se aprietan poseídos.
El guardián depone el miedo,
cuelga las alas
en esta habitación vestida de misterio.

HOY RECUPERO A BAUDELAIRE

A veces soy pájaro
en el monocorde sonido
del corazón, que se alegra
de verte y en tu aire planea
dejando atrás ese cielo
de nubes que otro día
me impidió seguir el rumbo.

A veces soy nave que conduce
mi cuerpo hasta la playa
del sol donde un ángel,
borracho de luz, me besa.
Mágico sueño repleto
de tu aroma que ofrece
suspiros en este jardín regado
de caricias
y
tem
blo
res.

A veces fui un pobre diablo
que, lleno de dudas, se consumía
en otro amor lleno de muerte
lejos del calor de tu ropa
que ahora abrasa el alma
de esta piel siempre a punto
de abortar silencios.

A veces soy fiera salvaje
incapaz de sofocar este fuego
que brota en tu presencia
la dulzura de saber que estás aquí
en un encuentro que reclama la pasión.


A veces soy cielo que huye
de los desastres, reflejo de olas
en este océano donde navego.
Silencioso vivir que mantiene tu rostro
a resguardo del odio
de la sangre que rechaza el abandono.


A veces soy la herida sana
de un profundo desaliento.
Tanto es el amor que no hay culpa
capaz de cubrirme de pecado,
sólo
perdón
para olvidar la miseria del camino.


A Gema en el día de S. Valentín del 2008

LLUEVE

Hoy llueve. La memoria
no da para más
cuando veo deslizarse el gris
del temporal
por el rostro de tus cosas.
Un desorden con música
de fondo.
Al final, no sé si son tus bragas
o la sinfonía de Betoven
lo que me hace reaccionar
en medio de esta isla cotidiana.

Sigue lloviendo, espero
que den las dos
para poner el corazón
y la mesa.
Tú vuelves, ignorando
los detalles.
Te beso
y
te recuerdo
que te quiero.

Ahora, dejó de llover.

VER

I

Busco en la luz de la memoria
y te encuentro blanca,
vestida de río:

Lisboa.

Recortada en la orilla rojiza
de las Docas
después de bajar
por el vértice dorado de la Alfama.

Las sílabas vuelan
arropando tus sombras en la Baixa,
hasta desgranar verbos amantes
en las cuestas del Bairro Alto.

Lisboa, verde y dorada
vertida entre colinas
hacia el océano de la tarde.

El sol deja mensajes
en la pátina manchada de azulejos,
en el beso multicolor
de los miradores.

Lisboa, sabor de mar
en los ojos del recuerdo.
Volver es el gesto
para calmar la sed
de esta marea de versos
que descansan en la memoria
de los días.

II

Salta la noche en los ojos
del Tajo.
Lisboa duerme.

Me duelen las sombras.
Las luces de las piedras
respiran
el sello de nadie.

Todos estamos presentes,
vivos, bajo el alma
e las estatuas.
Las miradas se confunden
con las voces.

Hay gritos que no vuelven,
huyen. Sólo el eco
de la noche les permite regresar.
Lisboa descansa,
como un barco de cristal.
Libre, escapa del tiempo
y navega en las alas
del sueño.

Todo está aquí,
encerrado en este cofre
de piedra y mar,
al alcance de la mano.

MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto